Los pequeños agricultores tailandeses utilizan nuevas tecnologías para conseguir un caucho sostenible y cadenas de suministro transparentes

Surat Thani, Tailandia: «Esto es más sano, más sostenible y recibimos un mejor precio por nuestro caucho», dice Wanida Heedyim, de 42 años, mientras va de árbol en árbol, recogiendo la savia del caucho.

Wanida - o «Da» - es una de los 1,7 millones de pequeños propietarios de caucho de Tailandia, que se ven profundamente afectados por las fuerzas del mercado mundial que actualmente hacen bajar el precio de su cosecha.

Últimamente, sin embargo, Wanida ha estado cooperando con Preferred by Nature y la organización local sin fines de lucro Agriac, que está desarrollando capacidades e introduciendo nuevas tecnologías para empoderar a los pequeños propietarios de toda Tailandia.

Una aplicación diseñada por Agriac permite a los cultivadores de caucho poner en común sus cosechas, lo que aumenta su capacidad para entregar pedidos más grandes, refuerza su poder de negociación y les permite prescindir de los costosos intermediarios.

«Antes vendíamos el caucho a 20 baht el kilo. Ahora podemos venderlo a 22 baht. El precio atrae a nuevos miembros a nuestra cooperativa, porque obtienen dos baht más», explica Wanida.

Acceso al mercado

La aplicación Agriac también capacita a los agricultores dándoles acceso a valiosos datos de mercado:

«Antes no solíamos conocer las tasas DRC (tasa de contenido de caucho seco), cuando vendíamos el caucho duro. Así que los beneficios son que ahora todos podemos cooperar, obtenemos un mejor precio y conocemos las tasas», dijo Wanida.

Con el apoyo de Preferred by Nature, todos los pequeños propietarios de caucho que se han unido al proyecto Agriac cuentan con la certificación de sostenibilidad del Forest Stewardship Council (FSC). Con la certificación del FSC, los pequeños propietarios tienen que observar una amplia gama de criterios de sostenibilidad que garantizan que el caucho se produce sin dañar el medio ambiente y no está vinculado a la deforestación:

“Nuestros miembros dejan de quemar basura y de utilizar herbicidas, lo que es bueno, porque vuelven las lombrices que dan humedad al suelo. Y en cuanto a los animales salvajes, nuestros miembros los preservan porque son raros. Por ejemplo, la jineta, el pollo salvaje y algunas aves,” 

Wanida Heedyim, pequeña productora de caucho

Prima para el caucho certificado

Mientras la competencia de China, Indonesia y otros países productores de caucho hace bajar los precios de este producto, Wanida y sus amigos pueden cobrar ahora una prima por su caucho certificado FSC.

La aplicación Agriac también garantiza la total transparencia de la cadena de suministro del caucho y permite a los compradores encontrar la geolocalización de la plantación de caucho de Wanida con una simple pulsación en la pantalla de un smartphone.

Ahora que la UE está introduciendo el Reglamento de Deforestación de la UE (EUDR), que obliga a los importadores europeos a documentar el origen exacto de sus productos de caucho, los pequeños productores de Agriac obtendrán una ventaja competitiva, afirma Mai Loien, cofundadora de Agriac:

«El reglamento tendrá un impacto significativo en los pequeños productores de caucho, a menos que puedan demostrar que cumplen las normas sostenibles. Nuestro trabajo les posicionará para afrontar estos retos», afirma Mai Loyen.

Puede que 3.000 miembros en toda Tailandia sean una parte relativamente pequeña de los muchos agricultores tailandeses de caucho, pero la organización de Loyen se está expandiendo rápidamente y cree que hay un gran potencial para ampliarla, quizá incluso para incluir a los pequeños agricultores que trabajan con otros productos básicos:

«Nuestro enfoque implica una combinación de asistencia técnica, formación y apoyo al acceso al mercado. Por supuesto, esto puede adaptarse a otras regiones y productos básicos, como el cacao, el café, el arroz y otros», afirma Mai Loyen.

Cultivado en su mayor parte por pequeños agricultores, el caucho no se ha relacionado con la degradación medioambiental a gran escala ni con los impactos sociales que suelen asociarse a materias primas como la palma aceitera y la soja.

Pero la producción de caucho también tiene un precio medioambiental, afirma Indu Bikal Sapkota, responsable de caucho y asesora política de Preferidos por la Naturaleza.

«La producción de caucho puede ser tan perjudicial como cualquier otro cultivo. Por supuesto, el riesgo de que los monocultivos destruyan la biodiversidad local es mayor con los cultivos a mayor escala, pero 1,7 millones de pequeños propietarios que utilizan métodos convencionales tienen claramente un impacto, y no siempre es sostenible. Por suerte, ahora estamos viendo un fuerte impulso hacia métodos más sostenibles, como el trabajo de Agriacs con los pequeños agricultores de Tailandia», afirmó Indu Bikal Sapkota.

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